Pero, ¿quien es este señor?
Era el verano de 1969. El "generaliisimo" seguía gobernando y administrando España. El 22 de julio reunió las Cortes para comunicales que Juan Carlos de Borbón sería, por decisión propia, su sucesor a la Jefatura del Estado y aprovechó el acontecimiento para iniciar una campaña que culminaría de forma gloriosa el 1 de octubre con la celebración del 35 aniversario de "La Exaltación del Generaliisimo Franco a la Jefatura del Estado". El 28 de julio la policía detenía en su domicilio a Vila Reyes, acusándole de fraude. La normalidad política y mediática se desbarató cuando, al día siguiente, la prensa sacudió a los españoles con una explosión de escándalo financiero, que se denominó "El Caso Matesa".
Vila Reyes era un empresario joven, modélico, inventor de un telar sin lanzadera, gestor con éxito de "Maquinaria Textil del Norte de España" (MATESA), esforzado deportista, hábil pianista, ... pero, sobre todo, se le conocía por ser Presidente del Club de Futbol Español, que, desde hacia 2 años tenía la famosa delantera goleadora de "los cinco delfines".
La chispa de la explosión la inició Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, en un turbulento Consejo de Ministros en el pazo de Meirás, donde Franco reunía a sus ministros mientras veraneaba. Los ministros de Hacienda y Comercio propusieron la incautación de Matesa, la empresa fraudulenta, y la detención de su presidente, Vila Reyes, para acabar con el asunto sin más, pero Fraga quería dimisiones de altos cargos políticos. Los ministros económicos de Hacienda y Comercio, temblaron.
Y es que las dos "familias" más importantes del régimen estaban a la greña, iban trás el poder "a codazos": la Falange y el Opus Dei. Los falangistas, "los azules", que se sentían orillados, aunque tenían en el gobierno a Solis y a Fraga, no querían a Juan Carlos como futuro rey, mientras que los del Opus, "los tecnócratas", que tenían en el gobierno a Carrero Blanco, López Rodo y los ministros económicos, habían conseguido que Juan Carlos fuera nombrado sucesor de Franco. El nombramiento del sucesor se había acelerado en dos últimos meses y se produjo en verano, cuando la actividad política era mímina. Los azules aprovecharon el "asunto MATESA" para cargar contra los tecnócratas.
Los falangistas, que dominaban la prensa del "Movimiento" con "Pueblo" y diarios en todas las provincias lanzaron con mucho sensacionalismo la noticia del fraude de MATESA al día siguiente de la detención de Vila Reyes, trasladando el debate del consejo de ministros a la calle, pero sin clarificar el caso: en un mes se publicaron 44 editoriales, 142 chistes, 371 informaciones, 74 primeras páginas..., pero no se sabía realmente cual era el fraude. La prensa azul acusó a Vila Reyes de ser del Opus, algo que él siempre negó, acusó al Opues de tapar el caso, de corrrupción, pidió la dimisión de los ministros económicos...
Forges ironizaba en unas 10 viñetas:
Un indivíduo le pregunta a otro, mientras lee el periódico:
-Pero, ¿que es el "caso Matesa", del que todo el mundo habla?
¡Hombre!, -le contesta- ¿no sabes lo que es el "caso Matesa"? ..., pero si todo el mundo sabe lo que es....pues mira.... Matesa...., es fácil, ¡hombre! ...Matesa ..., el "caso Matesa"....Bueno debes saber que.......Matesa....Matesa y así viñeta, trás viñeta, hasta que en la última viñeta el hombre, ya cabreado dice:
-Pero, ¿qué coño es el "caso Matesa"?
Resulta que Matesa había recibido 10.000 millones de pesetas en créditos a al exportación, que había desgravado el 11% de sus gastos, que Matesa exportaba máquinas, pero no las vendía (en un almacén a las afueras de de Buenos Aires se encontraron 1.380 máquinas amontonadas que estaban en venta) y que altos cargos y ministros hicieron "la vista gorda".
Mientras tanto Franco callaba, dejó pasar el tiempo sin tomar partido, mientras se dspellejaban las dos familias, hasta que el 29 de octubre cortó por lo sano y como siempre hacía, echó del gobierno a dos ministros de cada familia, para enseguida nombrar un gobierno, llamado "monocolor" porque todos eran del Opus: La "Obra" siguió dominando a sus anchas, pero atiborrada de mierda, de corrupción, mientras que los falangistas perdían para siempre la última oportunidad de mandar.
Vila Reyes prometió "tirar de la manta" y revelar fraudes de altos cargos, pero todo quedó en agua de borrajas. Cumplió 7 años de condena de los 223 años a los que fue condenado. El "Generaliisimo" Franco murió, desapareció el Opus, la Falange y Juan Carlos, ya rey, indultó al fraudulento.
El "caso Matesa" animó la vida de los aburridos españoles, que querían saber lo que pasó, fue un preludio, un antecedente de un régimen, que agonizaba.