Las banderas de nuestros padres
¿Qué pasó en Iwo Jima con la bandera norteamericana en la primavera de 1945?.
Aquella fotografía de 5 marines y un sanitario izando la bandera de USA fue un símbolo, un mito, durante más de 60 años, de la Guerra del Pacífico contra los japoneses, ganada por los norteamericanos. Fue señal de victoria, de ocupación, de dominio: soldados, simbolizando a la nación orteamericana, levantando y afianzando a su país. Patriotismo puro, en esencia.
Y resulta, que ahora Eastwood parece contarnos que: no fue la primera bandera que se izó, que los soldados que la izaron no fueron los verdaderos, que aquellos soldados no eran tan héroes, que, incluso, se avergonzaban de serlo, que les hicieron héroes sin haberlo sido, que eran sentimentalmente personas débiles, llorones, tiernos, frágiles, que fueron magnificados, utilizados, manipulados por el Estado de manera planificada para enfervorizar a la nación, para animarla, cuando estaba harta de guerra y para sacar dinero y financiar el final de la contienda.
Según Eastwood, el Estado americano utilizó la instantánea, que un fotógrafo realizó a un grupo de soldados, que por decisión caprichosa de su capitán, estaban izando la bandera, bastantes días antes de finalizar la batalla. Y utilizó esa instantánea como una mercancía para sus fines, manipulado la forma y finalidad con la que se realizó.
Esto es lo que parece, pero, en realidad, sale fortalecido el patriotismo y la nación americana con todos sus defectos de manipulación de masas, de falsos héroes, de políticos arribistas, de militares envidiosos, de racismo contra uno de los soldados de origen indio (¡qué raro!, no sale ningún negro), de madres que, en realidad, no quieren guerra ... Los defectos se perdonan, se subliman, se olvidan.
Se concluye, conforme va pasando la película, que el Estado americano es maquiavélico, falseador, pero es el más grande, es integrador, en él todos se sienten patriotas, es un pueblo de héroes. Después de la guerra, los protagonistas desarrollan una vida sencilla, se les va olvidando, pero queda en todos un recuerdo: la heroicidad de la "nación" americana.
La película es un relato épico sobre la bandera, que simboliza la nación, aún con sus defectos. "Bueno, si la nación no tiene héroes, se crean, aunque sean falsos" se dice al final.
Ahora, 62 años después de la batalla de Iwo Jima, USA hace autocrítica de sus fallos, los olvida, se quita la culpa y mala concencia y sale fortalecida. Así pasó con las películas y libros sobre la crueldad en Vietnam, el escándalo del Watergate, asesinato planificado de Kennedy, los atentados en las Torres Gemelas y ... así pasará con sus fallos y errores en Irak.
Aquella fotografía de 5 marines y un sanitario izando la bandera de USA fue un símbolo, un mito, durante más de 60 años, de la Guerra del Pacífico contra los japoneses, ganada por los norteamericanos. Fue señal de victoria, de ocupación, de dominio: soldados, simbolizando a la nación orteamericana, levantando y afianzando a su país. Patriotismo puro, en esencia.
Y resulta, que ahora Eastwood parece contarnos que: no fue la primera bandera que se izó, que los soldados que la izaron no fueron los verdaderos, que aquellos soldados no eran tan héroes, que, incluso, se avergonzaban de serlo, que les hicieron héroes sin haberlo sido, que eran sentimentalmente personas débiles, llorones, tiernos, frágiles, que fueron magnificados, utilizados, manipulados por el Estado de manera planificada para enfervorizar a la nación, para animarla, cuando estaba harta de guerra y para sacar dinero y financiar el final de la contienda.
Según Eastwood, el Estado americano utilizó la instantánea, que un fotógrafo realizó a un grupo de soldados, que por decisión caprichosa de su capitán, estaban izando la bandera, bastantes días antes de finalizar la batalla. Y utilizó esa instantánea como una mercancía para sus fines, manipulado la forma y finalidad con la que se realizó.
Esto es lo que parece, pero, en realidad, sale fortalecido el patriotismo y la nación americana con todos sus defectos de manipulación de masas, de falsos héroes, de políticos arribistas, de militares envidiosos, de racismo contra uno de los soldados de origen indio (¡qué raro!, no sale ningún negro), de madres que, en realidad, no quieren guerra ... Los defectos se perdonan, se subliman, se olvidan.
Se concluye, conforme va pasando la película, que el Estado americano es maquiavélico, falseador, pero es el más grande, es integrador, en él todos se sienten patriotas, es un pueblo de héroes. Después de la guerra, los protagonistas desarrollan una vida sencilla, se les va olvidando, pero queda en todos un recuerdo: la heroicidad de la "nación" americana.
La película es un relato épico sobre la bandera, que simboliza la nación, aún con sus defectos. "Bueno, si la nación no tiene héroes, se crean, aunque sean falsos" se dice al final.
Ahora, 62 años después de la batalla de Iwo Jima, USA hace autocrítica de sus fallos, los olvida, se quita la culpa y mala concencia y sale fortalecida. Así pasó con las películas y libros sobre la crueldad en Vietnam, el escándalo del Watergate, asesinato planificado de Kennedy, los atentados en las Torres Gemelas y ... así pasará con sus fallos y errores en Irak.
1 comentario:
hola fusssssi
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