Manolete murió hace sesenta años

Empezó su torería el año 1939, el "año de la Victoria". Fue en la selecta plaza de la Maestranza de Sevilla, donde tomó la alternativa.

Manolete tenía un estilo propio, elegante, vertical, altivo, riguroso, toreaba de frente, citaba de lado y sobresalía, sobre todo, por su quietud, sin inmutarse, conforme se iba acercando el toro. Aportó a las artes del toreo la "manoletina", pase de muleta de frente, sujetando la muleta por detrás de la espalda.

Expectadores y aficionados le exigían continuamente más y más calidad.

Manolete, Manolete
si no sabes torear
pa que te metes

No era verdad. De casta le venía su calidad en el oficio. Su padre había sido torero y su madre, la influyente Dña Angustias, había estado casada en primeras nupcias con "Lagartijo Chico".

Pero todo acabó el 28 de agosto de 1947 en Linares, en la feria de S. Agustín.

Nos tenemos que acordar
del año cuarenta y siete:
la catástrofe de Cai,
la muerte de Manolete...

Aquella tarde, la plaza estaba llena, expectante, exigente. Sus compadres eran "Gitanillo de Triana", amigo y Luis Miguel Dominguín, rival. Mediada la corrida, el quinto, "Isleño", toro bragado, negro, burriciego, de Mihura, le enfiló el pitón hacia el "triángulo de los toreros", en la parte alta e interna del muslo, mientras se le clavaba el estoque, hasta la empuñadura en el morillo.

Doña Angustias presentía
que un peligro te rondaba
y aquel peligro fue Islero,
toro de malas entrañas...

Ambos murieron: primero el toro y horas después el torero.

El destrozo fue enorme, según el informe médico: "Rompe las fibras musculares del sartorio, la fascia cibiforme, el recto externo, con rotura de la vena safena y contorneando el paquete vascular nervioso de la arteria femoral ... extensa hemorragia y fuerte shock traumático. Pronóstico muy grave".

La intervención médica en la enfermería de la plaza duró 40 minutos. Manolete no dejó de sangrar. Rápidamente, la primera trasfusión, luego otra trasfusión de un donante anónimo. El maestro se quejaba, porque le dolía mucho la pierna:
-¿Murió "Isleño"?, preguntó.
-Si, maestro, sin requerir puntilla. Ahí tiene, junto a la cama, las dos orejas y el rabo.

A las 9 de la tarde le llevaron al hospital. Nada más llegar pidió agua y un cigarrillo de su marca de tabaco preferido, Camel sin filtro, al que le dio tres profundas y saboreadas caladas.

-¡Cómo lo estará pasando mi madre!

Pero seguía sangrando. Unos minutos despues recibió otras tres trasfusiones más. Su novia, Lupe Sino, enterada, acudió al hospital. Sabido era que los allegados de Manolete y, sobre todo, su madre no la querían, pero Lupe le amaba y le entendía como nadie.

-Lupe, si lo quieres, no entres a verlo.

Temían que se casaran "in artíiculo mortis". Murió sin Lupe Sino al lado.

El pulso se debilitaba, la presión bajaba. Domecq llegó sin aire y agotado, después de haber logrado encontrar plasma salguíneo, que el gobierno noruego había donado tres meses antes al español para atender a los casi 5.000 heridos, que había provocado la esplosión de Cádiz. Comenzó la que sería última transfusión.

-Doctor, no veo nada, balbuceó.

El plasma, que estaba contaminado, le iba matando. Su sangre se coaguló como reacción alérgica al plasma noruego. Eran las 5,07 de la mañana del día 29 de agosto.

Crespones negros en toda España. Últimamente solía repetir "qué ganas tengo de que llegue octubre para dejar de torear", pero se quedó en agosto.

Manolete se fue, sobre todo, para dos mujeres: su madre, la convencional y llena de prejuicios, Dña Angustias y su novia, Lupe Sino.

Angustias Sánchez, qué pena, pena,
malhaya el toro que lo mató,
y no poder con tus besos
contener aquella hería
de aquel hijo de tu alma,
sangre de tu corazón...

Antonia Bronchalo Lopesino, conocida por Lupe Sino, era una chica morena, con ojos verdes, alegre, decían los chismorreos que era viuda de un comisario republicano, orgullosa, aspirante a "estrella". Se la había presentado Pastora Imperio en el bar de Perico Chicote
-Lo dejo en buenas manos, había comentado.
Era alcarreña de Sayatón, donde el torero iba a verla en un cochazo "Hispano-Suiza", que aparcaba en medio de la plaza, donde se bañaban en unan poza del Tajo, donde se hacían fotografías, montando en burro o sentada en sus hombros con las manos en la barbilla, fotografías rápidamente secuestradas y prohibidas en la España inquisitorial y retorcida de Franco.

La novia de Manolete
ya no lleva más collares
porque Manolete ha muerto
en la plaza de Linares.

Manolete y Lupe Sino se quisieron durante cuatro años a escondidas de la madre y de la sociedad rancia y pacata. Doña Angustias y sus prejuicios sociales torcieron sus amores. ¡Ah, si se hubiera casado con el torero!. Si se hubiera casado, hubiera sido la primera "viuda de España", adelantándose a "la Pantoja", despaquirrinada.