2/12/06

EL VENENO ESTEPARIO



¡Qué sutileza la del espía ruso enviando unos polvillos de plonio210 a la sangre y a la orina de Litvinenko!.

Probablemente el empolvado Litvinenko "se lo buscó" por su reiterado e insistente interés en fisgar las malolientes cañerías de evacuación de desperdicios del Kremlin de Puttin.

Pero todo este celo por el verbo envenenar es algo tradicional el el gran país del este. Hubo maestros en el arte envenenatorio cuando los zares Ivan, Pedro, Catalina y cuando el zar rojo, Stalin.

La interminable estepa de las tierras negras del Don y el Volga, blanca en invierno, embarada en primavera y polvorosa en verano, produce suficientes vodka, esencias, brevajes y ahora polonio para liquidar a molestos enemigos, antes amigos del entorno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El polonio que inhaló era matarratas, pero no debe ser muy diferente del vodka del 200 de graduación que toman sus compatriotas en la extensa patria.

Este por lo menos, estuvo en Picadilly DT, y seguro que vió el cambio de guardia y más turismo.